El Reino de León fue, por su importancia geoestratégica, el principal valedor del arte medieval hispánico en las tres cuartas partes de la península crisitiana desde los siglos IX al XIII (ya que tanto el Reino de Pamplona como los condados pirenáicos y catalanes que darían lugar al Reino de Aragón eran muy inferiores en territorio, aunque también con enormes maravillas artísticas). También es el centro del Arte Mozárabe que se puede visitar en peculiares LUGARES de la provincia leonesa.
Pero en los tiempos del FUERO DE 1017 la cosa no era tan maravillosa como uno de sus mayores ejemplos pictóricos, el Panteón de los Reyes de San Isidoro de León (que se puede ver en la imagen de apertura) construido después de la promulgación de estas leyes como Monasterio de San Juan Bautista y nombrado como el santo sevillano a partir de 1063 en el que se pintaron sus bóvedas.
Las razzias de Almanzor habían acabado con casi todo lo previo, salvo honradas excepciones, y los tiempos -como indica el Historiador del Arte de la Universidad de León, César García Álvarez en un artículo en el libro ‘El Reino de León hace mil años‘- “no eran para atreverse a construir con grandeza algo que podía ser derruido por los musulmanes al año siguiente; nadie se gastaria el dinero en ello ni hoy en día”.
Además, las construcciones de los siglos IX y X en la ciudad legionense no eran de gran porte, sino que (como en la fotografía superior del Palacio de Doña Berenguela, también llamado de doña Urraca) se construían con morrillo y cal. “Obras arquitectónicas realizadas con materiales modestos”, indica García Álvarez.
Como la iglesia de Palat de Rey (en la foto de abajo), que aún se conserva en la actualidad, y es la iglesia más antigua de la ciudad construida a mediados del siglo X con planta de cruz griega. Un edificio tan normal en el exterior que cuesta pensar en él como un templo cristiano. “Lo más probable es que fueran los interiores, enriquecidos con pompa y boato, lo más importante en aquella época”, explica el experto.
La ciudad de León tuvo documentadas antes de las RAZZIAS DE ALMANZOR más de veinte iglesias emplazadas tanto intra como extramuros, explica García Álvarez en su artículo ‘Tiempo de Transición. El arte en León en torno al año 1017’ del libro anterior. “De materiales más bien endebles, de barro y ladrillo, poco suntuosos”.
EL MISTERIO DE LA PRIMERA CATEDRAL DE LEÓN
Otro asunto misterioso es cómo podía ser la Catedral Antigua que existía en la capital del reino antes de la Románica (que es de la única que se sabe cómo era, gracias a los planos de Demetrio de los Ríos, antes de la gloriosa Pulchra Leonina gótica en la que hoy se pueden contemplar miles de metros cuadrados de espectaculares vidrieras medievales y por lo que se considera que es la Catedral de la Luz al no tener muros).
“La catedral de Santa María aparece citada en varias ocasiones en el texto del fuero. Es preciso recordar que se asienta sobre las antiguas termas romanas, cuyos restos materiales se convirtieron en sede del AULA REGIA, o palacio real hasta que Ordoño II los legó a la iglesia. Acerca de ella sólo podemos conjeturar, puesto que ni siquiera tenemos claro que consistiera en una sola edificación, ni tampoco la filiación de sus formas estilísticas, probablemente más cercanas a la tradición asturiana -y por tanto al pasado visigodo cuya restauración late siempre como anhelo de la monarquía cristiana asturleonesa- que a las formas mozárabes de obras como San Salvador de Palat de Rey […] Su tamaño no ebió alcanzar cotas monumentales, sino similares al resto de construcciones leonesas e hispanas coetáneas, lejos de la creciente aspiración a la grandiosidad que caracterizará a la arquitectura románica posterior”, explica César García Álvarez en este impagable artículo.
Pero otra de las muestras de arte medieval leonés, mucho más tardío, son las espectaculares vidrieras. Ni la Sainte Chapelle de París tiene tantas. Y la muestra es la fotografía inferior. Una visita inolvidable e imprescindible para todo amante de este tipo de arte medieval que, sólo por su contemplación, merece la pena haber venido a la capital legionense. Y si además es en un viaje organizado a todo lo demás, hace de ello un momento especial en la vida.
LOS BEATOS LEGIONENSES
Otra de las grandes expresiones de la Edad Media eran los beatos miniados, con sus ilustraciones que dejan absortos a los habitantes de la época contemporánea. El Reino de León tuvo una importancia crucial para la creación de los más importantes del mundo, como el Beato de San Miguel de Escalada, que se encuentra en la galería Morgan de Nueva York escrito por Magio, copista e iluminador de esta obra que se puede contemplar aquí debajo.
También son de bellísima factura el Beato de Liébana (y su copia el de Tábara) y el Beato de Doña Sancha y Fernando (también llamado de la Basílica de San Isidoro de León y hoy en la Biblioteca Nacional de España, como el anterior). O el de Tábara (también de Magius) Durante los siglos X y XI el Reino de León produjo decenas de este tipo de biblias comentadas, de los que sólo se conservan once, porque mientras era poco cabal realizar construcciones de alto porte por LAS RAZZIAS DE ALMANZOR sí era más lógico pintar libros (que eran productos de lujo de altísimo valor en la época) que se podían transportar fácilmente en caso de peligro. Una exposición nacional en 2010 titulada ‘In principio erat verbum’ conmemoró la importancia de los Beatos del Reino de León.
UNA VISITA A LOS MUSEOS
El arte leonés medieval se concentra también en los museos de León, como el de San Isidoro (en el que se dice que el cáliz de doña Urraca contiene en su parte superior de ágata la reliquia que los primeros cristianos consideraban como la Copa de Cristo, que además se puede contemplar en realidad virtual como si fuera lo que en literatura fantástica se define como Santo Grial refiriéndose al ‘Calix Domini’), con maravillosas obras de arte altomedievales. El cáliz de Doña Urraca, que se puede ver aquí debajo, es más de un siglo posterior a la época del FUERO DE LEÓN, pero muestra el nivel de la orfebrería románica de los artesanos del Reino de León en el siglo XII por lo que es una pieza única en su especie sin ninguna hipótesis a mayores como la que hoy la hace más famosa en el mundo entero.
O el Museo Catedralicio, los dos con impresionantes obras de arte de la época. Y también visita obligada al Museo Provincial, cuya segunda planta deja absorto al visitante.
Es también en los museos leoneses donde se pueden observar algunas tallas de gran valor como el Cristo de Carrizo (arriba), una pieza del siglo XI de marfil, pequeña pero de gran potencial evangelizador por su presencia etérea. Para contemplarlo hay que visitar el Museo de León. Pero en el de San Isidoro se pueden ver cajas miniadas de altísimo valor (e incluso el Pendón de Baeza, muestra del arte del bordado bajo medieval del siglo XV), que si por los anglosajones fuera sólo se podrían ver en sus países.
OTRAS EXPRESIONES ARTÍSTICAS
Por último, el Reino de León también es creador de uno de los lenguajes visuales más importantes de la Edad Media, esta vez avanzado el siglo XII con la creación de la enseña personal de su rey Alfonso IX que llevaba un escudo que se declamaba: ‘de Plata, un león púrpura‘.
Nos referimos a la Heráldica (que no hay que confundir con la vexilología que estudia las banderas y los símbolos grupales), el sistema para distinguir un noble de otro, inicialmente creada como herramienta bélica para reconocer al aliado en los combates en masa medievales (y que a lo largo de los años se fue pervirtiendo, con lo que cuando más floreado y bonito es el escudo según los cánones contemporáneos más moderno y de menos valor es). León es, también, cuna de la Heráldica mundial, más de cincuenta años antes que franceses e ingleses copiaran el aún hoy atractivo sistema de identificación de personas notables.
Y tampoco se ha de olvidar el arte popular, del que quedan como reflejo los Pendones Concejiles (foto de arriba), que han sido declarados Bien de Interés Cultural. Aunque los actuales más antiguos sean de la Edad Moderna, son uno de los símbolos más importantes de un reino que aún celebra sus fiestas ondeando al viento estas espectaculares ‘banderas’ de metros de altura.
Lo suelen hacer en las fiestas medievales que aún quedan en León, como la centenaria Fiesta de las Cabezadas (foto de arriba) o la milenaria Fiesta de las Cantaderas el fin de semana anterior a la fiesta del patrón provincial San Froilán en la que se celebra el fin del Tributo de las Doncellas a los musulmanes. En las dos se produce el debate del Foro u Oferta, que muestra la cuestión política milenaria de los concejales leoneses con los eclesiásticos, con debates públicos que siempre terminan en empate sobre si el Ayuntamiento de León lleva un regalo a los canónigos de San Isidoro (Cabezadas) o la Catedral (Cantaderas) “voluntariamente, según defienden los ediles, o por obligación divina”.
En las Cantaderas también salen los carros engalanados (fotos de arriba y de abajo de este párrafo), muestra popular total rural en la que los pueblos de la provincia decoran sus carros y sus bestias de tiro con una belleza incomparable para deleite de vecinos y visitantes. Una fiesta con tal sabor de antaño que ningún español debería perdérsela.
León, como centro del reino, es hoy una de las primeras etapas para ir a visitar tanto Galicia como Asturias, aunque de por sí es una ciudad para quedarse varios días y visitar la montaña cantábrica, y uno de los hitos más importantes del Camino de Santiago, la vía económica principal del Viejo Reino.
Si en León se reunieran la cantidad de obras de arte que están expuestas en países anglosajones y europeos, y las que se conservan en Madrid, su museo sería uno de los más importantes del mundo medieval en el planeta. La ciudad ya lo es, sus VILLAS ya lo son, sus LUGARES son de imprescindible visita una vez en la vida, como muestra esta imagen del panteón de los Reyes aquí debajo.